Los aromas de la vida y nuestros sentidos

Los aromas influyen en nuestras emociones, ya que el olfato accede directamente al sistema límbico.

Los perfumes de la naturaleza han acompañado al ser humano desde siempre: las flores, el mar, los árboles...

Según el museo del perfume de Barcelona, todo comenzó en la prehistoria, el día que el hombre primitivo encendió una hoguera para calentarse o para alejar las fieras que pudieran acecharle y, por pura casualidad, encendió algunas ramas de árbol y éstas comenzaron a desprender un olor agradable, un olor inédito que nunca antes había sentido nadie.“Quizás el hecho de encontrarla tan agradable y de que el humo se elevase directamente hacia el cielo, les hizo pensar en utilizarlo como ofrenda a las divinidades o a las fuerzas sobrenaturales que lo habitaban y que desde allí arriba regían sus frágiles destinos en la Tierra”. Los perfumes se han utilizado y se utilizan en rituales religiosos.


En la antigua civilización Maya ya existían los perfumes, no como los conocemos en la actualidad, pero los relatos hablan sobre la Diosa de las Flores Xochiquetzatl, quien se caracterizaba por sus aromas exóticos, que eran usados para despertar sentimientos de amor y pasión.


Cuentan las leyendas que entre los mayas existían distintas fragancias y las sacerdotisas tenían una en particular, por ejemplo, en el caso de las vírgenes el aroma era de rosas, ya que las rosas blancas significaban pureza y castidad. Estas fragancias se elaboraban con flores y otros productos naturales.